Es de vital importancia tener en cuenta, que pese a que muchas veces los trámites online de los diferentes organismos parecen sencillos, una mala ejecución de cualquiera de ellos puede conllevar a mala protección para nuestra marca.
La renovación de la marca no es solo ampliar el plazo de vida de la denominación que ya tenemos registrada, es necesario revisar que la utilización que le estemos dando sea acorde a lo que 10 años atrás habíamos protegido y que la extensión de su vigencia, cubra todos los productos y servicios que a día de hoy está desarrollando.
Un buen asesoramiento nos garantiza poder saber si efectivamente, debemos renovar la marca tal y como estaba, ampliar mediante una nueva alguna clase y extender la vigencia de la anterior o por lo contrario, realizar una totalmente nueva.
Muchas veces no somos conscientes que la fecha en la solicitamos la primera marca es la que nos da la anterioridad y prioridad en las oficinas para poder defender nuestra denominación frente a terceros. Perder esa prioridad puede suponer, tener que defender la viabilidad de nuestra denominación en el mercado de nuevo.
Por todo ello, siempre, hay que dejarse asesorar por un experto en la materia y garantizar a nuestra marca, el valor que merece.